miércoles, 4 de noviembre de 2009

Amor platónico

¿Qué es un amor platónico? Aquel amor que se tiene por una persona sin que haya una relación amorosa de por medio. Puede o no ser correspondido y surge a raíz del neo-platonismo en el Renacimiento. Lucrecia Borgia tenía un amor platónico con el poeto Petro Bembo, por lo menos la tuvo por unos meses. Era el tipo de amor que los trovadores le tenían a las damas de la corte y que muchos caballeros tenían por sus damas en aquella época. Era una muy saludable forma de jugar al amor sin comprometerse demasiado y sin caer en situaciones peligrosas para las mujeres o para los hombres.
Todo este rollo de definición viene al caso por que yo tengo un amor platónico. Bueno tengo varios, pero últimamente y desde hace casi seis meses mi amor platónico es el mismo. Es el actor Alexander Skarsgard. Hijo del también actor Stellan Skarsgard, Alexander se ha hecho famoso por salir en la serie de HBO llamada True Blood. Alto, rubio, ojos claros, guapo. Y si además uno ve alguna de sus entrevistas descubre que para rizar el rizo el tipo es humilde, agradable y educado. Diablos. Y yo tan lejos de los Angeles, donde vive y trabaja la mayor parte del año.
Hace unos momentos veía unas fotos suyas y me preguntaba ¿qué me gusta de este hombre? No es que haya algo que no me pueda agradar, si no que mis amores platónicos con estrellas de cine o televisión suelen durar unos cuantos meses o pasan a la colección. Tal vez mi amor platónico más duradero fue por el actor Ewan McGregor, el primer hombre que ví desnudo en  mi vida. Tenía unos 13 o 14 años y mis padres me llevaron a ver la película de El libro de cabecera. Ahí mis hormonas, ya en acción y prendidas en ese entonces de un niño de mi escuela, perdieron toda restricción. Me enamore, bueno eso pense. Ví todas sus películas, literalmente. Todavía hoy en día considero que Ewan es uno de los hombres más guapos del cine y sigo yendo a ver cuanta película hace, sin importar si son los pre-Episodios de la Guerra de las Galaxias (Star Wars I, II y III) o musicales extravagantes (Moulin Rouge). Pero el amor se termino. Conocí a otros hombres, como por ejemplo Colin Firth, Hugh Jackman, Daniel Craig, etc. Tengo debilidad por los ingleses y los australianos, no puedo evitarlo, el acento tiene un no-sé-que...
Bueno les contaba de Alexander Skarsgard... el asunto es... que viendo sus fotografías me quede pensando en como es más sencillo el amor platónico que el real. Sobre todo si no es correspondido. Me refiero a que en un amor platónico no hay nada que perder, ni que ganar. La otra persona puede ser todo lo que uno quiera pues todo el vacio que deja la falta de convivencia lo llena la imaginación y la ilusión. De esa forma Alexander se convierte en el novio perfecto: guapo, inteligente, agradable, caballeroso... No digo que no sea todas esas cosas, el asunto es que no lo sé. A lo mejor sí, puede que no. Pero en mi mente, seguro lo es, y además sin defecto alguno.
Extraño el amor real, no platónico. Es cierto, en el amor platónico no hay problemas, ni discusiones, ni decepción. Pero tampoco hay abrazos ni besos. No hay ese momento en el que conoces a alguien intimamente y se te mueve todo por dentro. No te brinca el corazón cuando lo vas a ver ni sonries internamente cuando descubres que él (o ella, esto no es privativo del ser femenino) te conoce los suficiente como para saber que te gusta o que no te gusta. Extraño esas sensaciones. La sensación del primer beso, cuando no sabes como reaccionar, y del segundo cuando empiezas a sentirte en suficiente confianza. El cosquilleo en la espalda cuando te llegan por atrás y te hablan al oído. El tomarse de la mano mientras caminan o simplemente el sentarse a comer juntos, hablando de su día. Extraño todo eso. Me encantaría que fuera con Alexander Skarsgard, como a miles de mujeres en el mundo, pero en realidad me gustaría más que fuera con una persona real.

Para las(los) que lleguen a leer esto y no lo conozcan (¿vives en una cueva o debajo de una piedra?) aquí les dejo al hermoso Alexander Skarsgard...

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