Y siempre que retomo esta idea digo lo mismo.
Mi imaginación no es lo mejor en estos últimos días. Tal vez tenga que ver con las horas de trabajo continúo o con el sueño que a penas logro tener durante las noches. A lo mejor una combinación nada atractiva de todo eso y más. No lo sé.
Algo que si he hecho en los últimos meses ha sido escribir: poemas, cuentos, incluso empecé de nuevo una novela (otra). Tengo tantas ideas en mi cabeza que dudo si la vida me alcanzará para la mitad de ellas. Por el otro lado mi corazón parece fuente inagotable de material: escribo y escribo por el puro placer de escribir. Para alejar a los fantasmas que me buscan en las noches de insomnio y para mantener a raya a los espíritus que hablan conmigo en mis sueños. Siempre he pensado que hablar con alguien en sueños es una manera de hacer lo que despiertos no haríamos nunca. El sueño es el tiempo en el que nuestros espíritus se liberan de las trampas del cuerpo y se reunen a vivir fuera de lo material.
Voy a compartir dos poemas que escribí hace poco, sólo por moverme un poco y por llenar este espacio. Bueno ocupar este espacio:
I
Tu eres lo que persigue mis noches Tu te convertiste en mi fantasía En el sueño y la pesadilla. Lo que podría ser y lo que es Son dos historias tan distintas. Mi realidad es que no existes, Pues lo que conocí era fachada. El interior es un misterio Algo todavía no construido. Yo le di techo, paredes y puertas Lo decoré y cuando vi Todo era sombra, niebla, nada. Aun así te apareces en mi cama, Tomas la forma de mis sábanas Y te apropias de mi almohada Para decirme dormida Lo que al despertar desaparece.
II
Necesito mis alas listas Para llevarme a lo más alto Lo más lejos posible y así Olvidar que algún día creí En la posibilidad de ser Tu compañera en este viaje. Quiero poner tierra y mar Entre nosotros, distancia Más certera que todo el silencio Gritando en mi oído. Dejar de sentir tu presencia, Poder caminar entera Sin dejar pedazos de mi piel Regados en las aceras Cada vez que te siento cerca, Cada vez que te sé lejos.
Feliz fin de semana. Feliz regreso a la vida. Feliz vida. Me quedo con una pregunta al aire para que nadie, nada, la conteste:
¿Cómo se vuelve a amar? ¿Cómo nos protegemos si no somos correspondidos? ¿Cómo saber si se es correspondido?
Bueno, fue más de una.