martes, 30 de agosto de 2011

If I could tell you I would let you know

There are no fortunes to be told, although,
Because I love you more than I can say,
If I could tell you I would let you know.

Estoy en el momento de las despedidas. Talvez tiene que ver con estar enferma y cansada, o con los días grises que han regresado y prometen quedarse. Este va a ser un otoño frío. Y yo necesito renovarme. Renovar mi existencia. 
Hasta hace poco las cosas eran tan claras para mi. Hoy no lo son tanto. Así que necesito empezar a deshacerme del peso innecesario, de esas cosas que cargo conmigo y con las que no puedo más. Necesito despedirme de todo lo que no necesito y en especial de todo aquello que no me deja soltar naves y viajar hasta los confines de la tierra. Algunas son cosas: ropa, zapatos, libros, discos. Otras, las más difíciles, son historias inconclusas, amores mal-logrados, intenciones, promesas, ideas.

Si pudiera decírtelo, lo haría.
Hay tantas personas con quienes podría aplicar esta idea. Si pudiera decirlo. Si me sintiera con la fuerza espiritual, anímica, de autoconcepto e incluso física para hablar. Le diría a mi padre que lo amo a pesar de todo y que lo único que me entristece es que la soberbia y el orgullo mal entendido no nos van a dejar nunca ser padre e hija por completo. Le diría a mi madre que la amo a pesar de sus locuras y que me llena de orgullo cuando veo algo que ha logrado; que han tenido que pasar años para entender ese sentimiento y que espero un día tener un hijo (una hija) que sientan lo mismo por mi. A E. que lo único que deseaba de él era amistad, que si lo quise más allá de lo debido fue un momento ilusorio y que a pesar de todo (las caras, los silencios, el enojo) sigo siendo su amiga y me seguiré considerando como tal aunque sé que él no se considera mi amigo. Si pudiera decirlo lo haría. Y acabo de escribir lo que en un momento de locura (inducida o natural) podría salir de mi. Pero hay tantas cosas que no diré nunca. Tal vez ni siquiera estas. O las diré de otra manera, las diré en silencio, para mi. A lo mejor las escribo, hago con ellas un poema, un cuento, una novela. Las guardo o las imprimo. Las convierto en algo que no son. En las historias inconclusas y los ciclos que tengo que cerrar conmigo, para mí.


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