miércoles, 13 de noviembre de 2013

Amor perfecto

Amar es una de las cosas más extrañas que hacemos los seres humanos. No lo elegimos y rara vez es un evento tranquilo. Estamos acostumbrados, en general, a relacionar amor con tormentas y fuegos. Todos habrán escuchado alguna vez aquello de "el amor duele" e incluso hay la idea de que los amores más importantes son aquellos que "queman".

Estoy aprendiendo algo sobre el amor ultimamente: puede ser de muchas  maneras y presentarse de muchas formas. Puede durar toda la vida y puede terminar en un momento. Podemos amar a nuestros padres, hijos, hermanos, amigos, parejas. El amor no es único e indivisible. Y el amor es perfectible.

Casi siempre es un amor equivocado, en el que esperamos que la otra persona sea lo que queremos que sea. Esperamos casi sin aliento a que todo lo que anhelamos se haga realidad. A veces, pocas, sucede que la otra persona nos regala un atisbo de ese deseo, un pequeño rayo de esperanza del cual nos sostenemos cada vez que sucede todo lo contrario. Cuando por fin aceptamos que la realidad y nuestra ilusión son completamente diferentes es cuando rompemos las relaciones, viene el llanto, la decepción, el horror.

Ahora, eso no significa que el amor sea algo malo. Significa que el amor necesita no ser ciego, ni tuerto, ni loco. El amor necesita ver el todo y aceptar el todo. Al aceptar al otro (pareja, padres, hijos, hermanos, amigos) como es, con sus virtudes y deficiencias, con aciertos y errores, entonces amamos al otro como es. Yo amo a mis padres como son. Los acepto tal cual son, con sus errores y aciertos. Ya sé que mi papá jamás hará grandes demostraciones de amor y que mi mamá viene con una dosis extra de sensibilidad. Si, a veces me hacen enojar, y hay días en que prefieron no saber nada de ellos, pero nunca, nunca, dejo de amarlos.

Lo mismo me pasa con las parejas desde hace unos años. Cada hombre del que me enamoro lo hago con la conciencia de sus imperfecciones. Al contrario de cuando estaba adolescente –que me enamoraba el potencial de la persona, no la persona en sí– ahora me enamoro perdidamente de lo que alguien es.

Según mi psicólogo a esa forma de amar se le llama "amor perfecto" porque permite amar al otro sin juzgarlo ni exigirle que sea de una forma que no es. Es la versión más saludable del amor y la más difícil de conseguir en uno mismo y en los demás. En mi opinión, y según mi experiencia, es también la forma más honesta y absoluta de amar a alguien; es un amor que puede no tener fin, porque lo que amas es el todo, no sólo algunas partes. Pero también es la versión más difícil y compleja del amor, que puede confundirse con conformismo o con comodidad, y pienso que yo a penas estoy empezando a entender todas sus implicaciones.

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