lunes, 7 de noviembre de 2011

Cierre

Cerrar ciclos, terminar historias, empezar de nuevo. Todo eso suena conocido y escuchado. Pero, por primera vez en muchos años, en verdad estoy dispuesta a hacerlo. Ponerle punto final a muchas cosas que siguen pareciendo interminables es una manera de pasar la página en mi vida. Una amiga lo llamó la "limpieza de otoño": deshacerse de las cosas que ya no sirven para recibir cosas nuevas.  Esto no sólo tiene que ver con las cosas, también con los afectos, las personas, la vida.

A veces la muerte significa fin y otras significa principio.

La muerte de mi abuelita es un nuevo inicio para mi. Entre más pasan los días, más segura estoy de que debiera estar en otro lugar. He encontrado suficientes razones para quedarme donde estoy y aún así sé que debo irme para seguir con mi vida. No es una decisión fácil y quien crea que lo hago con la mano en la cintura no me conoce, ni conoce mi cintura.
Hablando en serio, no puedo cometer los errores de mis antepasados, no puedo conformarme con lo cómodo en la vida. Bueno, de poder puedo, pero no debiera. No debo. Si lo hago, si me conformo, entonces ¿para qué estoy en este mundo? Quiero hacer tantas cosas, quiero ser tantas cosas: estudiante, maestra, pareja, esposa, madre, ama de casa, escritora, viajera, investigadora, curiosa... pero este ciclo sólo dura tanto y probablemente podré ser sólo algunas de estas, o quien sabe, en una de esas, logro todo en una sola vida. Para hacerlo, primero he de intentarlo. Así que aquí voy a intentarlo y para poder intentarlo necesito cortar todo amarre, toda ancla. Necesito navegar a toda fuerza, con las velas abiertas y sin amarres, dejar que el viento me lleve sin dejar de maniobrar hacia el puerto que quiero tocar.

Para crecer hay que dejar ir. Eso he aprendido. Para empezar hay que terminar lo pendiente. Para abrir nuevas puertas, necesito, sin lugar a dudas, cerrar otras. Poner fin a tantas historias, escribir el capítulo final o por lo menos un "Continuará..." con la esperanza de que tal vez algún día la vida, el universo, Dios, como-le-quieran-decir, decida ponerme en ese camino de nuevo con otra perspectiva. Talvez si regresamos a los mismos lugares pero no de la misma manera, es posible pasar por el mismo río y que nada,  ni el río, ni yo, sea igual.

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